Película «La Maldición de la Llorona»: Un lamento deshonrado
Lo sé: Hollywood no es una fuente cultural y solo quiere vender; pero hoy, mientras me tomo el café de la mañana, quisiera externar mi frustración respecto al cine moderno de terror, si es que puede llamarse así a la basura que hoy se hace.
La película «La Maldición de la Llorona» (Dos mil diecinueve) intenta aprovecharse de una de las leyendas más emblemáticas de la cultura hispana y en el proceso no solo desvirtúa sus raíces, sino que también falla en ofrecer una narrativa coherente y respetuosa con el género de terror. Sin embargo, antes de desenvainar la espada, es preciso que te presente una sinopsis de la película.
«Ambientada en la década de Mil Novecientos Setenta en Los Ángeles, la trama sigue a Anna Tate García, interpretada por Linda Cardellini, una trabajadora social que ignora las advertencias sobre el peligro que representa La Llorona. Tras ser arrastrada a un mundo sobrenatural, Anna y sus dos hijos pequeños enfrentan la amenaza de esta entidad maligna, que busca reemplazar a sus propios hijos ahogados. La única esperanza para la familia radica en un sacerdote desilusionado que utiliza el misticismo para combatir el mal. (Fuente: Wikipedia.»
Ya desde que uno lee lo anterior, sabe que se trata de un churrazo más de Hollywood; pero para entrarle bien al análisis, vayamos por partes. A continuación, se presentan tres aspectos fundamentales que evidencian el porqué esta película es una decepción tanto cultural como cinematográfica.
a. Una tergiversación de la leyenda original
La película se promociona como una adaptación de la leyenda mexicana de la Llorona, pero en realidad malinterpreta sus orígenes. La historia de una mujer que ahoga a sus hijos y luego vaga como espectro lamentándose no es exclusiva de México, sino que proviene de relatos españoles que datan de la época colonial. La verdadera leyenda de la Llorona tiene raíces prehispánicas, vinculadas a los tiempos de Moctezuma y al mito de Cihuacóatl, una deidad azteca que simbolizaba la muerte y la maternidad. Reducir esta rica mitología a un simple relato de horror genérico es una muestra de ignorancia histórica y una oportunidad perdida para explorar las complejidades de esta figura cultural.
b. El sacerdote católico como salvador estereotípico
Como en muchas películas de terror de Hollywood, La Maldición de la Llorona recurre al ya gastado cliché del sacerdote católico que tiene las respuestas y el poder para enfrentar al mal sobrenatural. Este enfoque no solo es predecible, sino también problemático, ya que ignora el contexto espiritual y cultural de la leyenda original. La Llorona, en su esencia, es una figura profundamente enraizada en las creencias indígenas, que reflejan un sincretismo entre las tradiciones prehispánicas y las influencias coloniales. Incorporar a un sacerdote católico como el único salvador no solo es un recurso narrativo perezoso, sino que también borra las raíces indígenas de la historia, perpetuando una visión eurocéntrica y simplista de los mitos latinoamericanos.
c. Un espectro tratado como vampiro
Quizás el error más absurdo de la película es su representación de la Llorona como un espectro que puede ser derrotado físicamente, como si fuera una criatura tangible. La idea de que puede ser eliminada con una estaca en el corazón es una clara falta de comprensión de lo que representa un espectro en el folclore. Los fantasmas y espectros son manifestaciones de pena, culpa o ira, y no tienen una existencia corpórea que pueda ser destruida con métodos físicos. Este tratamiento no solo demuestra una falta de investigación, sino que también subestima la inteligencia del espectador, presentando una resolución que contradice las reglas básicas del género de terror.
En conclusión, «La Maldición de la Llorona» es un ejemplo flagrante de cómo Hollywood trivializa y desvirtúa las leyendas culturales en favor de narrativas genéricas y fórmulas predecibles. En lugar de explorar la profundidad y la riqueza de la verdadera leyenda de la Llorona, la película se limita a una representación superficial que insulta tanto a la historia como al espectador. Si el objetivo era asustar, la verdadera maldición de esta película es que falla incluso en eso.
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