Mujeres, Viajes y Abundancia: La Herencia que el Universo Me Entregó

No son pocos los que me buscan para que, mediante el conocimiento oculto que poseo, les dé un «tip» que les permita ganar la lotería, ser nombrados herederos universales por un familiar adinerado o acertar en juegos de azar.

Y es que el dinero, a diferencia de lo que nos enseñan los sistemas de control como la iglesia, el Gobierno y la sociedad misma, sí es importante y por eso valido que muchos anhelen heredar riquezas materiales. Estas aspiraciones reflejan un deseo de seguridad y bienestar económico que todos sentimos, de obtener algo a lo que todos tenemos derecho. Sin embargo, centrar nuestras esperanzas únicamente en lo material puede llevarnos a una búsqueda interminable y vacía.

El Evangelio Apócrifo de Felipe, prohibido no por falso, sino por decir verdades que la iglesia no quiere que oigas, nos dice: «Los que heredan lo perecedero son perecederos ellos mismos y son herederos de lo perecedero. Los que heredan lo espiritual son espirituales ellos mismos y son herederos de lo espiritual.»

Pero… ¿Y qué es todo esto?

Muy sencillo: Quienes buscan los bienes materiales a través de lo material, lo perderán todo fácilmente porque no son dueños de nada. Pero quienes buscan lo material a través del poder del espíritu (magia), tendrán una herencia interminable e invaluable que lo incluye todo.

Son muchos los casos que seguramente Tú has visto o de los que has escuchado, en los que alguien hereda millones de pesos, para luego perderlos al paso de dos o tres años. ¿Qué pasó?

No reconocieron, porque no la tienen, la herencia espiritual que nos lo da todo: Salud, dinero, amor, sexo, prosperidad, abundancia y éxito. Quienes la reconocen y la cultivan descubren una riqueza que trasciende lo tangible. Esta herencia no se mide en monedas ni propiedades, aunque también están incluidas; sino en valores, experiencias y conexiones significativas.

Un ejemplo de esta riqueza espiritual se manifiesta en aquellos que, sin grandes recursos económicos, hemos recorrido el mundo. Aquí puedo dar testimonio de que, sin dinero, o apenas con unos cuántos dólares en la bolsa, he viajado por gran parte de la república mexicana, por no decir que, por numerosos países de América, sin que me faltaran cama, mesa y mujer.

Sí, el universo es abundante y da de todo.  A mí me dio (y me sigue dando) todo eso, incluyendo la compañía femenina. Si siendo casado la tomo o no, ya es otro cantar del que no hablaremos en este artículo. La idea principal es mostrar cómo la fe en la Inteligencia Infinita y la apertura a lo que Ella te quiere, y te puede dar, te abren puertas inesperadas.

Incluso aunque la iglesia viva hablándonos todo el tiempo contra el dinero, la Biblia (autorizada por ellos mismos) también nos enseña sobre la importancia de la herencia espiritual. En Mateo 6:19-21, Jesús advierte sobre el origen de nuestras riquezas y la obsesión por obtenerlas en formas terrenales, enfatizando que es mejor almacenar tesoros en el cielo. Nos dice:

«No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo (éter), donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.»

Y aquí, aunque para el religioso resulte difícil aceptarlo, No se refiere a que no debamos tener riqueza, sino a la forma de obtenerla y de dónde debe proceder: Del poder de la magia y no de afuera.

De modo que, resumo este artículo en cuatro puntos importantes:

UNO. El verdadero legado no se encuentra en la cuenta bancaria ni en las posesiones acumuladas, sino en la conexión profunda con lo espiritual, desde donde emanan todas las formas de riqueza auténtica.

DOS. Buscar únicamente lo material es construir sobre arena; en cambio, quien cultiva su herencia espiritual (magia) edifica sobre roca firme.

TRES. El dinero, el amor, la salud y el éxito pueden y deben formar parte de nuestra experiencia, pero sólo cuando surgen como reflejo de un poder interior consciente y conectado con la Inteligencia Infinita. Así, la abundancia deja de ser una meta externa para convertirse en una expresión natural del ser.

CUATRO. Al final, lo que verdaderamente heredamos, y lo único que realmente vale la pena legar, es aquello que no se puede perder: el conocimiento, la sabiduría y la energía espiritual que nos hacen dueños de todo sin poseer nada.

Finalmente, te pregunto: ¿Estás listo para reclamar tu verdadero legado?