Datos Falsos, Lecturas Vacías: Por Qué la Honestidad es Clave en la Brujería

En el sendero de la brujería, el conocimiento no se obtiene por simple intuición, sino a través de herramientas precisas que permiten acceder a las profundidades del Ser. Una de estas herramientas es la información básica pero esencial: el nombre completo y la fecha de nacimiento del consultante.
El nombre y la fecha de nacimiento actúan como llaves que abren las puertas de una especie de biblioteca universal donde se almacena la memoria de la existencia, y que en algunas corrientes esotéricas llaman «Registros Akáshicos». Estos registros contienen información sobre nuestras vidas pasadas, presentes y potencialidades futuras, y acceder a ellos permite conocer, y comprender los acontecimientos de nuestra existencia, aunque no todos.
Los Registros akáshicos no son simples páginas al alcance de la curiosidad banal. Son la biblioteca eterna del Ser, donde cada pensamiento, emoción y acción queda grabado en el éter. Pretender acceder a ellos sin una intención clara es como adentrarse en un laberinto sin mapa, donde las respuestas se disuelven en la niebla de lo desconocido. No basta con abrir las puertas de esta biblioteca cósmica; es esencial saber qué buscamos, formular preguntas precisas y ofrecer el contexto necesario. Solo así, el brujo, el lector de las sombras, puede descifrar los susurros del universo y guiar al consultante por el sendero de la revelación. Negarse a proporcionar contexto no es un acto de protección, sino una barrera que impide la conexión con las verdades más profundas y transformadoras.
Además, también nos valemos de la numerología y el Tarot, utilizando estos datos para revelar el camino de vida de una persona, sus desafíos y posibilidades. Cada número tiene un significado específico que influye en nuestra personalidad y destino. Por ejemplo, el número 1 representa la acción y el liderazgo, mientras que el número 2 simboliza la cooperación y la diplomacia.
El Engaño: Una Trampa para Uno Mismo
Recientemente, una consultante proporcionó datos falsos con la intención de poner a prueba mis habilidades. Como era de esperar, la información obtenida fue errónea, y al revelarme su engaño, le expliqué que, además de haber desperdiciado su dinero (porque pagó por adelantado), se había engañado a sí misma. La brujería no consiste en adivinar sin base alguna, sino en interpretar señales y datos que nos conectan con lo trascendental.
Es fundamental comprender que el brujo no posee un conocimiento absoluto de todo. Si su intuición no le dice lo que te sucede, su labor es canalizar información a través de herramientas como la numerología, el Tarot y los Registros Akáshicos. Sin datos precisos, la conexión se ve obstaculizada, y la orientación que se puede ofrecer es limitada.
La brujería es una práctica seria que requiere respeto y honestidad. Proporcionar información veraz es esencial para obtener una guía precisa y útil. Engañar al brujo es, en última instancia, engañarse a uno mismo y perder la oportunidad de crecer y comprender mejor nuestro camino en la vida.
