¡El Secreto de la Brujería en una Sola Línea!

Para aquellos que anhelan desvelar los misterios de la brujería, la esencia de su poder se encuentra, de manera sorprendente, condensada en una única línea de texto. Contrario a la creencia popular que la asocia con oscuros grimorios y rituales complejos, la verdad es mucho más accesible y se halla en un lugar inesperado. No hay necesidad de acudir a manuales arcanos escritos por religiosos espantados, pues el mismo Jesús, aunque la iglesia históricamente no quiera reconocerlo en este sentido, dejó plasmado el secreto de la brujería en una sola línea que, afortunadamente, no fue suprimida, aunque sí se le otorgó un contexto diferente. La clave reside en el Evangelio de Marcos, capítulo once, versículo veinte y cuatro:
«Por eso les digo: Todas las cosas que pidan en oración, tengan fe en que ya las han recibido, y las tendrán.»
Desde una óptica esotérica, esta declaración trasciende su contexto religioso y se manifiesta como un principio fundamental de la manifestación y la creación de la realidad, pilares centrales en numerosas tradiciones mágicas y brujeriles. Analicemos sus componentes:
UNO. «Todas las cosas que pidan en oración…»
Aquí, la palabra «oración» no se limita a la súplica religiosa. En un sentido esotérico, alude a un estado de intención enfocada y elevada conciencia. Es el instante en que la voluntad se alinea con el anhelo, proyectándose hacia el universo con una carga emocional y mental significativa. Este «pedir» implica una definición precisa del objetivo, un conocimiento claro de aquello que se busca manifestar.
DOS. «…tengan fe en que ya las han recibido…»
Este es el núcleo del proceso. La fe inquebrantable no es una mera esperanza pasiva, sino una certeza activa de que el resultado deseado ya existe en el plano potencial y está en camino de concretarse. Esta convicción profunda actúa como un imán, atrayendo las circunstancias y energías necesarias para materializar la petición. La duda, en contraste, debilita la intención y obstaculiza el flujo de manifestación.
TRES. «…y las tendrán.»
Esta última parte es la consecuencia inevitable de la armonía entre la intención clara y la fe firme. Cuando la energía se dirige con convicción y sin resistencia interna, el universo colabora para que la manifestación ocurra. Los caminos pueden ser misteriosos e insospechados, pero el resultado, tarde o temprano, se plasma en la realidad tangible.
En esencia, Marcos once:veinte y cuatro encapsula la ley de la atracción y la poderosa influencia de la mente y la intención en la creación de nuestra realidad. La brujería, en muchas de sus expresiones, se fundamenta en la comprensión y aplicación consciente de este principio. A través de rituales, visualizaciones, hechizos y otras prácticas, el brujo o la bruja procura enfocar su voluntad y fortalecer su fe para influir en el mundo que le rodea.
De este modo, el secreto de la brujería, lejos de intrincados grimorios o fórmulas arcanas inaccesibles difundidas por el temor religioso, reside en la simple pero profunda comprensión de que la intención enfocada, nutrida por una fe inquebrantable, posee el poder de modelar la realidad. Esta única línea, despojada de dogmas religiosos, se alza como un principio esotérico fundamental, legado inesperado de una figura central del cristianismo, para aquellos que buscan trabajar con las energías sutiles y manifestar sus anhelos en el entramado mismo de la existencia.
