Magia Negra: ¿Qué le hice? La verdad que nadie te ha dicho

magia negra

En mi consulta, la pregunta más frecuente y, si me permiten decirlo, la más ingenua que me hacen es: «¿Qué le hice para que me hiciera magia negra?» No la expongo aquí para ridiculizar, sino para despertar conciencias. La verdad es que no necesitas hacerle absolutamente nada a nadie para que alguien desee hacerte daño.

Es una creencia popular muy arraigada que para ser víctima de un trabajo oscuro, uno debe haber provocado a la persona, haberle hecho daño o haberle «ganado» de alguna manera. Pero la realidad es mucho más sencilla y, a veces, más perturbadora: no es necesario hacer nada para caerle mal a la gente, para despertar su envidia o su mala fe.

Piensen en ello. ¿Acaso necesitamos provocar a alguien para que nos tenga envidia por nuestro éxito, nuestra felicidad, nuestra apariencia o incluso nuestra tranquilidad? La envidia y el resentimiento, desafortunadamente, son emociones que nacen en el interior de la persona que las siente, no en la persona que las inspira. Un simple gesto, una situación favorable para ti, pueden ser suficientes para encender la chispa de la malevolencia en alguien que ya carga con esas emociones.

Para que te quede más claro, pensemos en situaciones cotidianas que cualquier persona podría reconocer:

El compadre que te envidia el coche nuevo: Tú te esforzaste, trabajaste duro y finalmente te compraste ese flamante coche. Tu compadre, que a lo mejor no ha tenido la misma suerte, en lugar de alegrarse por ti, empieza a sentir un resentimiento sordo. No le hiciste nada, solo prosperaste. Esa envidia puede volverse tan fuerte que busque desearte el mal, o incluso recurrir a «curanderos» de dudosa reputación para «salarte» el coche o tu suerte.

La vecina chismosa que no soporta tu felicidad familiar: Tu familia es unida, tus hijos son educados y en tu casa siempre hay alegría. La vecina, que quizá vive en un ambiente de pleitos o soledad, puede empezar a verte con malos ojos. No le hiciste ningún daño; simplemente, tu felicidad es un espejo de lo que ella no tiene, y eso le genera frustración y mala fe. De ahí a que te eche un «mal de ojo» o haga un «chismito» para que te vaya mal, hay solo un paso.

El compañero de trabajo que te «sala» el puesto: Te ascendieron, te dieron el puesto que él también quería. No lo humillaste, no le hiciste trampa, simplemente tu desempeño fue mejor. Él, carcomido por la frustración y el ego herido, puede empezar a «desearte el mal» o incluso buscar un «trabajo de magia negra» para que te corran o te vaya mal en tu nueva posición.

Como ves, la mala fe o el deseo de perjudicar a alguien pueden surgir de la pura frustración, la impotencia o una distorsión de la realidad en la mente de quien busca hacer daño. No es un intercambio de energía donde tu acción provoca su reacción. Es, más bien, una decisión unilateral de la persona que decide buscar la magia negra como una herramienta para sus propios fines, movida por sus propios demonios internos.

Por ejemplo, yo mismo tengo un par de vecinos que, sinceramente, nunca he sabido por qué les caigo mal. Ni me interesa saberlo, porque ese es su problema, no el mío. Lo que sí me importa y en lo que me enfoco es en que sus males de ojo y sus envidias no me hagan daño. Por lo demás, ellos pueden consumirse en sus rencores; eso ya no está en mis manos.

Por lo tanto, si te encuentras en una situación donde sospechas que podrías ser blanco de un trabajo de este tipo, libérate de la culpa. No eres responsable de las intenciones oscuras de otros. Tu energía y tus acciones no son un detonante necesario para que alguien elija el camino de la magia negra. Es su elección, no tu culpa.

Entender esto es el primer paso para protegerte. Cuando dejas de buscar la razón en lo que hiciste o dejaste de hacer, puedes concentrarte en fortalecer tu propia energía, proteger tu aura y buscar las herramientas adecuadas para contrarrestar cualquier intento de daño.

¿Sabes lo que sí puedes hacer?

Si sientes que las energías negativas, la envidia o posibles trabajos de magia negra están afectando tu vida, no tienes por qué enfrentarlo solo. Como brujo con años de experiencia en la tradición de curación y protección, ofrezco mis servicios para ayudarte a identificar, limpiar y protegerte de estas influencias.

Desde limpiezas energéticas que disipan la mala vibra acumulada, hasta protecciones personalizadas que blindan tu aura contra futuros ataques, mi trabajo se enfoca en restaurar tu paz y abrir tus caminos. Ya sea que necesites diagnosticar si hay un «trabajo» en tu contra, romper una salación o simplemente fortalecer tu campo energético para que las envidias no te hagan mella, estoy aquí para guiarte.

No dejes que el resentimiento ajeno te impida vivir plenamente. Contáctame hoy mismo para una consulta. Juntos podemos trabajar para restaurar tu paz y bienestar, asegurando que el rencor de otros se quede con ellos, y tú sigas adelante con tu vida en plenitud.

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