¡Compórtate Como Brujo Rico!

brujo rico

Siempre les he aconsejado que se comporten como personas ricas para que la riqueza venga; y en ese orden de ideas, ayer me hicieron una pregunta que me inspiró para escribir este artículo: «¿Cómo debería comportarse una persona que ya es rica?»

Sí, la verdad es que a menudo me preguntan cómo es un día en la vida de un «brujo» rico, y les digo que, como toda la gente, el brujo también tiene obligaciones y tareas a las que debe dar seguimiento durante el día, así como cuentas por pagar, porque es un ciudadano común y corriente; pero si la pregunta es cómo se conduce en la vida un brujo rico, entonces deben entender que la riqueza, en este contexto, va mucho más allá de lo material. Se trata de una riqueza de espíritu, de propósito y de una profunda conexión con la abundancia de la vida. Permítanme compartirles una propuesta que, aunque pueda parecer simple en la superficie, está imbuida de una magia muy particular.

Para empezar, debemos dejar claro que el día siempre te ofrecerá dos opciones: El día de un brujo rico (según mi opinión porque no existe un código de reglas escritas) no comienza con el zumbido de un teléfono o la prisa de las notificaciones. Sé que todo el mundo lo hace, pero no es la forma correcta de levantarse. En cambio, el brujo, antes de abrir los ojos por completo, se toma un momento para respirar. Es un acto deliberado, una pausa para sentir su presencia, su ser, y para recordar el propósito que le impulsa en este nuevo día. No se trata de una lista de tareas, sino de una intención más profunda: ¿Qué quiere crear hoy? ¿Qué energía quiere invocar para su vida? La segunda opción, como dije, es tomar el teléfono y comenzar a mortificarte con los pendientes del día sin siquiera haber iniciado.

Después de esa conexión interna, el brujo se levanta, pero no corriendo. La preparación de su café o desayuno no es una simple necesidad para «sobrevivir» al día. Para Él, es un ritual mágico. Cada sorbo, cada bocado, es una forma de nutrir su cuerpo, su templo, y de agradecer la abundancia que ya posee. En ese momento, no solo está alimentando su físico, sino que está infundiendo gratitud y conciencia en cada célula de su ser. Es una celebración de la vida y de todo lo que le ha sido dado. Pero también tienes la opción de medio comer (cuando lo haces), de prisa, sin tomarle sabor a nada y con el pensamiento en todo lo que hay que hacer mientras comes.

El brujo sabe que, al adentrarse en el día, es probable que se encuentre con un sinfín de noticias y eventos que, para muchos, podrían generar preocupación o desilusión. El ámbito político, económico y social a menudo nos bombardea con mensajes de escasez o conflicto. Sin embargo, como «brujo» de su propia realidad, elije no dejarse arrastrar. No reacciona de la forma que la prensa o la sociedad esperan que lo haga. En cambio, observa, toma nota, y luego, conscientemente, elije su respuesta interna. No se trata de ignorar la realidad, sino de no permitir que controle su estado de ánimo o su energía. su enfoque está en lo que puede crear y cómo puede contribuir positivamente, sin importar el ruido exterior. Aunque si Tú lo deseas, también puedes enfocarte en lo malo que resultan las noticias del día, y seguir comiéndote las uñas como lo vienes haciendo desde que te despertaste.

Durante el día, las transacciones financieras son una parte inevitable de la vida. Pero ya sea que el brujo esté pagando una cuenta o recibiendo un ingreso, su enfoque es siempre el mismo: la certeza de la multiplicación. Cuando paga, lo hace con la convicción de que ese dinero, al circular, regresa a Él multiplicado. No hay miedo a la pérdida, solo la comprensión de que el flujo es constante y generoso. Y cuando recibe, lo hace con una gratitud profunda y sin la menor culpa. Entiende que es un canal para la abundancia y que merece recibir tanto como da. La otra opción, que para el brujo no lo es, consiste en llorar porque la vida está muy cara y comentar con todo aquel que se te cruce en el camino sobre cuánto han subido las cosas mientras piensas, ya sin uñas, cómo le harás para llegar a fin de mes.

Finalmente, al caer la noche, antes de conciliar el sueño si es que esa noche piensa dormir, el brujo realiza su último ritual del día. No es una revisión ansiosa de pendientes, sino un repaso mental de lo que ha «sembrado». Reflexiona sobre las intenciones que puso en la mañana, las acciones que tomó y las interacciones que tuvo. Agradece las lecciones, las alegrías y los desafíos. Con esa gratitud en su ser y la certeza de que ha honrado su propósito, se acuesta en paz, listo para un nuevo ciclo de creación y abundancia. Tú también puedes hacer eso, o elegir dormirte pensando en problemas y preocupaciones que por cierto, en ese momento no puedes solucionar y con lo que lograrás tener mal sueño, rendir menos al siguiente día y acabar con tu cuerpo dañando al sistema nervioso. Solo recuerda que ya no tendrás uñas para comer.

Así es, en mi opinión, un día en la vida de un «brujo» rico, o de cualquier persona aunque no se dedique de lleno a la magia: No se trata de tener más, sino de ser más. Es una elección consciente de vivir con propósito, gratitud y una fe inquebrantable en la magia de la vida.

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