El pacto con el dinero: Cuando gastar es un ritual

Hoy voy a hablarte de aquellos que intentan sabotear tus placeres. De paso, y ya que estamos, voy a verme un poco presumido al contarte que me escapé con mi esposa unos días y de hecho, de esa escapada vino el comentario que vamos a analizar sobre el dinero.
Y es que, no sé si te has fijado, pero siempre es la misma historia. Compartes una foto o video de ese viaje que tanto disfrutaste, de esa cena especial, de ese fin de semana en el que te desconectaste por completo. Y, sin falta, aparece alguien con la misma frase lapidaria: «Estás tirando tu dinero». Como si la felicidad pudiera medirse en billetes ahorrados.
Y me hace sonreír, porque la gente no entiende que el dinero es mucho más que un montón de billetes. El dinero es una energía, una con la que he hecho un trato. Es como un socio. Cuando quiero algo, le pido que venga a mí y me consiga ese objetivo. Y ambos sabemos, desde un principio, en qué se invertirá. El dinero que me llegó para mi viaje con mi esposa, así como el que te llegó para ese gustito que deseabas darte, no fue un accidente. Fue el resultado de un acuerdo. Él vino sabiendo para qué lo usaríamos. Ya fuera para crear un recuerdo inolvidable, para recargar el alma o, como en mi caso, para fortalecer mi relación. Y nosotros, al gastarlo, simplemente cumplimos nuestra parte del pacto.
¿Estoy bien loco? Puede ser; pero es que como brujo, creo que todo es energía y espíritu, y el dinero no es la excepción. Si creen que estoy loco por pensar así, venga pues, pero también vean mis resultados y compárenlos con los suyos. A mí no me espanta y en cuanto a ustedes, puede que estar locos les convenga un poquito.
Aquí el punto es que, el problema que toda esa gente que nos critica tiene con nosotros no es que estemos desperdiciando el dinero, sino que ve que tenemos algo que ella no. Ve la libertad de usar esa energía sin el miedo a la escasez. Ve la tranquilidad de saber que no estás en una carrera de deudas interminable. Y esa libertad, para alguien que vive de prestado, es un lujo. Para alguien que batalla cada quincena para que los números cuadren, el ver a otros disfrutar así puede sentirse como una bofetada.
Es por eso que sus comentarios no son sobre lo que te diste; son un reflejo de sus propias batallas. La crítica no es hacia ti, es una manifestación de su frustración. Desean lo que tú tienes: la paz de darte un gusto sin que el miedo al vacío de la cartera te persiga. No es que no quieran vivir la vida de forma más relajada, es que sus circunstancias no se lo permiten. Su mente está atrapada en un ciclo de carencia, y por eso, no pueden ver que tu gasto es en realidad una inversión.
Es triste, porque ese es el fundamento del gran resentimiento que existe hacia el rico en toda Latinoamérica y, lamentablemente, los gobiernos populistas han sabido aprovechar para sacarte el voto. Pero… ¿Sabes algo?
Si en verdad deseas ser próspero y abundante, debes dejar esa forma de pensar. Ese pensamiento es como maldecir la tierra que te da de comer; como arruinar Tú mismo tu propia empresa; como agarrar la soga, hacer el nudo alrededor de tu cuello y ahorcarte. Haz pacto con el dinero y verás que es un excelente socio.
Si Tú ya lo haces, la próxima vez que alguien te diga que estás tirando tu dinero, recuerda que no es así. No estás tirando nada. Lo estás gastando en lo que te hace feliz, en lo que le da valor a tu vida y en lo que llena tu alma de experiencias y recuerdos. Y esa, créeme, es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Cuando cumples tu trato con esa energía llamada dinero, no estás «tirando» nada, estás viviendo.
¡Vive sin culpas!
