Las ánimas respondieron en cuestión de horas! 

Lo que estoy a punto de revelar sé que molestará a algunos, pero Yo prometí a los lectores que, de tener resultados con las ánimas, vendría a contárselos. Habrá quienes, desde su trinchera de un satanismo malentendido, querrán crucificarme por mis palabras. Pero lo siento, ya los cristianos se les adelantaron con la crucifixión, figurada, por supuesto, cuando supieron que me inicié en lo oculto. Así que, con la piel ya curtida por las críticas, les comparto mi osado plan de la semana pasada:

Si recuerdan, dije que me adentraría en el velo entre los mundos para experimentar con las ánimas, con esos seres incorpóreos que habitan más allá de nuestra percepción cotidiana. Algunos lo tomaron con escepticismo, otros con curiosidad, y quizá unos pocos pensaron que había perdido el juicio. Pero déjenme decirles algo que los dejará perplejos: ¡no tardaron ni una semana en contestarme! Es más, los resultados comenzaron a manifestarse en cuestión de horas.

Así como lo leen. Tras publicar mi columna la semana pasada, me dispuse a realizar los ritos y las invocaciones necesarias. Con respeto y la debida cautela, les solicité su intervención en algunos asuntos de mi vida que parecían atascados o requerían un empuje sobrenatural. No esperen que revele aquí los detalles de esas solicitudes; un brujo sabe que los acuerdos con el otro lado no se divulgan. Son negocios personales, sagrados y delicados, y su poder reside, en parte, en su discreción.

Y aquí viene lo verdaderamente asombroso, lo que me reafirmó en mis convicciones sobre el poder del más allá: en un lapso de horas, y no de días, como muchos podrían imaginar, comencé a percibir cómo la energía se movía a mi favor. Las barreras que antes parecían infranqueables comenzaron a desvanecerse, y surgieron oportunidades donde antes solo había puertas cerradas. Fue una serie de sincronicidades tan precisas y rápidas que resultaba imposible atribuirlas a la mera casualidad.

Pero la cosa no termina ahí. Lo que me dejó aún más boquiabierto fue descubrir que las ánimas también trabajaron en asuntos que no les había pedido directamente, pero que resultaron ser de una ayuda invaluable. Fue como si tuvieran una visión más amplia de mi sendero, o como si supieran que para resolver mi problema principal, otras piezas del rompecabezas debían caer en su lugar. Es una muestra de su entendimiento y su capacidad para operar en un plano que va más allá de nuestras peticiones lineales.

Por supuesto, todo negocio tiene su contraparte. Como es tradición en las artes ocultas, un acto comercial como estos va acompañado de una contraprestación. Y aunque no revelaré qué les prometí a cambio porque eso tampoco se anda divulgando–, les aseguro que ya comencé a dar lo prometido. Un brujo honra su palabra, especialmente cuando se trata de seres que trascienden nuestro tiempo y espacio. La reciprocidad es clave en estas lides, y la confianza es un puente que se construye con acciones, no solo con intenciones.

Este experimento me ha reafirmado la existencia de una realidad más vasta y compleja de lo que a menudo percibimos. Me ha recordado que el velo entre los mundos es más delgado de lo que pensamos y que hay fuerzas dispuestas a interactuar con aquellos que se atreven a llamar a sus puertas.

Dicen los satanistas luciferinos que «el que cree en Lucifer no debe creer en nada más»; pero Yo, como mago del caos que ha adoptado al satanismo como filosofía de vida y no como religión, creo que todo es energía y basado en esa premisa fue que me atreví a experimentar. Sin duda habrá debates; teorías; conclusiones de unas y de otras; Yo lo único que sé hasta ahora es que fui ayudado por las ánimas. No me pregunten más, porque no sabría decirles. Sigo experimentando.