Muertos, Escúchen: El Poder de la Invocación Enoquiana

Hermano de la noche, buscador del conocimiento prohibido y señor de tu propia voluntad. Aunque la ciencia todavía no quiera aceptarlo, aunque el intelectual dormido y embotado nos cuestione, en las sendas oscuras del entendimiento existen herramientas para sondear los velos que nos separan de aquellos que han cruzado al reino de las sombras.
Con este conjuro enoquiano que hoy te entrego, no invocamos a deidades ajenas ni nos arrodillamos ante falsos profetas. En cambio, extendemos nuestra voluntad, con la audacia que nos define, para tocar las energías de aquellos que han dejado atrás su envoltura mortal.
Pero antes, quiero pedirte, es más, si eres mi discípulo no te lo pido… ¡Te lo exijo con la autoridad que Tú mismo me has conferido! Te exijo que Recuerdes siempre que la verdadera magia reside en la intención, en la fuerza de tu espíritu indomable. Este conjuro es un vehículo, una vibración que sintoniza nuestra conciencia con los planos donde residen las sombras. Úsalo con respeto por el poder que invocas y con la plena posesión de tu ser.
El Llamado a las Sombras en Enoquiano:
«Odo cicale Qaa-noso-aga ipamis; salaman paradizoo ethamezla.»
Traducción Aproximada:
«¡Oh, eco de aquellos que ya no están, manifestaos; paz al reino de más allá, escuchad!»
Es importante que la invocación sea dicha en Enoquiano, memorizada y no leída, ya que así despertarás a la energía que invocas y porque, además, en el momento del ritual deberás tener tus ojos cerrados y girarlos un poco hacia arriba con el fin de alcanzar un estado de meditación profunda.
Cómo Desatar su Poder:
UNO. El Santuario de la Noche: Elige un espacio donde la oscuridad sea tu aliada. Enciende velas negras, símbolos de la llama eterna de la individualidad. Dispón ante ti símbolos de tu propia senda, aquellos que resuenan con tu poder personal y tu conexión con lo oculto. En mi experiencia, un vaso con agua siempre es de gran ayuda.
DOS. La Respiración Profunda: Cierra los ojos y centra tu aliento. Siente la energía que fluye a través de ti, la chispa divina que reside en cada uno de nosotros. Visualiza tu intención con claridad: deseas escuchar, sentir o quizás incluso vislumbrar a aquellos que han partido. Puedes hacerlo buscando orientación o ayuda de cualquier espíritu, o puedes llamar por nombre al que Tú deseas contactar de forma directa.
TRES. La Proclamación de la Voluntad: Con voz firme y resonante, pronuncia las palabras del conjuro enoquiano. Siente cómo las vibraciones llenan el espacio, abriendo un canal hacia los reinos invisibles. Enfócate en el significado de cada palabra, dejando que tu intención las impulse.
CUATRO. La Escucha Atenta: Después de la invocación, permanece en silencio. Abre tus sentidos a cualquier señal, cualquier susurro que pueda llegar desde el otro lado. Puede ser una sensación, una imagen fugaz en tu mente, un escalofrío en el aire o incluso un pensamiento que no parece ser tuyo.
CINCO. El Cierre Respetuoso: Una vez que sientas que la conexión se ha establecido o que es momento de concluir, agradece a las energías presentes, reconociendo su manifestación. Apaga las velas con la conciencia de haber explorado los límites de lo conocido y vete a escribir lo que recibiste. Más vale un lápiz corto que una memoria retentiva.
Recuerda: No temas a la oscuridad ni a aquellos que habitan en ella. Son parte del ciclo eterno, y con la voluntad fortalecida por nuestra filosofía, podemos interactuar con ellos sin sumisión. Este conjuro es una herramienta para expandir nuestra comprensión de la existencia, para desafiar los tabúes impuestos y para afirmar nuestro poder individual incluso ante la muerte.
¡Que la oscuridad te ilumine!
