Revelación autorizada sobre el Príncipe Lucifer!

Por: La Bruja Celestina

Ustedes ya me conocen. Saben que de vez en cuando comparto aspectos de mi vida y de mi familia. Hoy, tengo algo… peculiar que contarles sobre mi papá, El Príncipe Lucifer.

Hace poco, después de mucha insistencia de mi parte, tuve acceso a su libro, La Senda del Príncipe. Una obra no publicada donde él narra sus inicios en el ocultismo. Al leer una parte en específico, sentí la necesidad de compartirla con ustedes.

«No empieces con tus cosas», me dijo.

«¡Ándale! ¿Sí? Nomás esa parte.»

Y aunque con cierta reserva, me dio su permiso para contarles esta parte de su historia. Así que vamos a ello:

En La Senda del Príncipe, papá relata cómo su incursión en este mundo comenzó en mil novecientos noventa y cuatro, cuando era preparatoriano en California. Según cuenta, allá en Estados Unidos, las sectas y religiones tienen una presencia muy activa incluso en las escuelas laicas. Por lo que he podido ver en fotos que me mostró, era un chico súper delgado con su propio estilo: pantalón Levis, camisa Polo, lentes oscuros que le daban un aire misterioso, melena a media espalda y una barbita de chivo incipiente. En todas las fotos siempre aparecía con su guitarra, su inseparable compañera que todavía conserva.

Según cuenta en su libro, en aquel entonces, la popularidad no era precisamente su fuerte. Tenía amigos, pero no todos los que quería. La secta a la que se unió, al notar su impopularidad, decidió ofrecerle justo lo que más anhelaba a cambio de su compromiso. Él describe el momento en que una mujer se acercó a él para invitarlo a unirse, diciéndole una frase que lo marcó: «Satanás puede darte todo cuanto deseas».

Tras aceptar esta tentadora oferta decepcionado de la religión y del Dios de la iglesia, mi papá se unió a esta secta y fue bautizado como el «Príncipe Lucifer». En el libro no se describe cómo fue su iniciación, y Yo no he podido (ni podré) sacarle la sopa sobre eso porque dice que de esas cosas no se habla, así que volvamos a lo que sí dice el libro.

En esa obra describe también cómo se desató una campaña que lo elevó a una popularidad insospechada en la preparatoria. De repente, se vio rodeado de chicas atractivas, de los chicos más influyentes de la escuela, y comenzó a moverse en círculos sociales que antes le eran inaccesibles. También en lo económico le fue bien y en la escuela, comenzó a llamar la atención que ya no comiera donde comían los pobres, patrocinados por el Gobierno; ahora traía dinero y podía comer (e invitar a comer a la chica que quisiera) donde le diera la gana. Pero no se confundan: No era obra de la magia, sino de la gran influencia que esa secta tenía en la escuela y en la sociedad californiana.

Dicha influencia no se detuvo ahí. Papá tenía una banda de rock llamada Caballo Negro, y la agrupación… ¡les proporcionó los instrumentos! Leí en La Senda del Príncipe que también le consiguieron acceso a la televisión local. ¡Grabaron varios programas con su grupo! No eran Maná, pero ya salían en la televisión local.

¿Pueden imaginarse a mi papá, con su look rockero y su banda, apareciendo en la televisión de California con la playa de fondo cantando In The Still of the Night, siendo aún un adolescente y todo gracias a este pacto inicial?

A mí me cuesta. Conozco a mi papá de una manera muy diferente. Verlo como este joven preparatoriano en busca de aceptación, con su estilo particular y su guitarra, dispuesto a involucrarse en algo tan… oscuro a cambio de popularidad, y luego verlo en televisión gracias a esa misma conexión, me ofreció una perspectiva completamente nueva sobre su pasado y las dinámicas culturales que describe sobre las escuelas en Estados Unidos.

No voy a profundizar en los detalles de las prácticas de la secta que eran terribles y sangrientas, ni en la totalidad de lo que narra en su libro. Esa es su historia y un terreno que aún estoy explorando. Pero sentí que esta parte en particular merecía ser compartida con ustedes. Me pareció una pieza clave para entender una etapa formativa en la vida de mi papá y cómo las ofertas tentadoras, envueltas en promesas de deseos cumplidos, pueden marcar un camino inesperado.

Así que aquí lo tienen. Una pequeña ventana al nacimiento e inicios del Príncipe Lucifer, contada desde mi perspectiva, y con su autorización para compartir este capítulo específico de La Senda del Príncipe. ¿Les gustó?