¿Y Quién Tocaba la Puerta?

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La brujería es algo fascinante. Cierto que hay mucho charlatán que solo se dedica a vivir de ella, por lo que el camino del verdadero brujo ha sido desacreditado por el estúpido intelectual; pero cuando uno se adentra en los oscuros vericuetos de la magia la vida cambia. La propia y también la de quienes vienen a nuestra consulta. Sin embargo, es deber del brujo indagar y reconocer cuando el mal que aqueja al consultante no viene de la brujería y, por tanto, tampoco puede ser resuelto por ella.

María llegó con un aura de desesperación que me heló la sangre. Su historia era desgarradora: la pérdida de su hijo de siete años la había sumergido en una oscuridad profunda. “Lo escucho llorar cada noche”, me confesó, su voz temblorosa. “Toca a mi puerta a las tres de la mañana, suplicando que lo deje entrar”.

Como brujo, he conocido cosas que la mayoría no puede ni imaginar. He tratado con espíritus, con familias que se destruyen unos a otros por medio de la magia negra, pero aquella noche sentí algo diferente. No era la presencia de un ente lo que percibía, sino el peso abrumador del dolor humano.

Tanto era el dolor de María, que decidí hacer algo poco convencional y que, además, me ponía en peligro: Acepté ir a su casa como Ella proponía, pero con la condición de que dos de sus familiares nos acompañaran. Ella era una mujer atractiva de cuarenta años y no iba a arriesgarme a que luego se me acusara de querer abusar sexualmente de Ella. Parecerá una exageración de mi parte, pero siendo abogado sé que hay que cuidar todos los frentes.

Decidí acudir porque, si en verdad había alguna entidad atormentándola, Yo podría percibirla y así ayudar a esa pobre mujer. Bebimos café, platicamos sobre eventos paranormales y hasta bromeamos un poco; y el reloj dio las tres. “¡Ahí está!” nos decía de forma insistente, aunque nosotros no escuchábamos nada y como psíquico, tampoco pude percibir presencia alguna. “Me pide que le abra”. Continuó María. Pero ahí no había nada.

¿Y quién tocaba la puerta? La locura producida por un dolor intenso del que solo el tiempo y un tanatólogo podían sacarla. Los lamentos que María escuchaba eran producto de su propia psicosis disparada por el sufrimiento, amplificado por el duelo hasta convertirse en una realidad paralela. No soy psiquiatra; pero es muy simple: No hay ente, no hay brujería que combatir y entonces, por simple lógica, se trata de una enfermedad mental o emocional. Un charlatán habría seguido el juego y cobrado miles de pesos; Yo comprendía que mi magia era inútil en este caso. María necesitaba ayuda profesional, la guía de un experto que pudiera orientarla para comprender y gestionar su dolor.

Tuve que decirle la verdad delante de sus dos familiares. Le expliqué que su sufrimiento era real, pero que no tenía una causa sobrenatural. Le recomendé buscar ayuda especializada que pudiera brindarle las herramientas necesarias para superar esta etapa tan difícil. Se negó y me llamó de todo, menos brujo. Fue difícil convencerla. Durante siglos, la gente ha acudido a brujos y chamanes en busca de respuestas a sus preguntas más profundas. Pero en ocasiones, la solución no se encuentra en rituales o conjuros, sino en la ciencia, en la comprensión de la mente humana y sus mecanismos de defensa.

Al final, pero no sin antes batallar mucho y ser estafada por charlatanes, María aceptó mi consejo. saber que partía hacia una nueva etapa, hacia un camino de sanación, fue una de las experiencias más gratificantes de mi vida y es que, como siempre enseño a mis discípulos: A veces, el mayor poder de un brujo no radica en controlar las fuerzas de la naturaleza, sino en reconocer los límites de su magia y dirigir a las personas hacia donde realmente necesitan ir.

Por mi parte, y desde hace ya mucho tiempo, cada vez que alguien llega a mi puerta buscando respuestas a sus miedos, me aseguro de escucharlos con atención, de discernir entre lo real y lo imaginario, y de ofrecerles la ayuda que verdaderamente necesitan. Porque a veces, la magia más poderosa es la empatía y la comprensión.

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